El escenario verde energetico para chile del 2050

de dzamorano
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El gobierno ha invitado a debatir la matriz energética de Chile para 2050. Buena ocasión para dar a conocer nuestras visiones y metas ambientales para los próximos 35 años.

Pensar en una matriz futura supone precisar qué país queremos en 2050. Los ecologistas queremos un Chile que haya logrado su armonía tanto en lo ambiental como en lo social, viviendo mejor con menos, mediante un uso eficiente y responsable de los recursos y particularmente su energia. El uso consciente de los mismos promueve una relación más armónica con el medio ambiente y con las personas que nos rodean. La satisfacción de las necesidades se puede dar de manera sostenible, es decir, usando menos recursos materiales y usándolos de manera eficiente.
Derechamente, nosotros queremos para entonces un Chile ciento por ciento renovable, donde el actual sistema energético haya transitado desde el actual fosil a uno impulsado por las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) y donde las instalaciones propias de una matriz sucia, contaminante y cara como la actuales se hayan transformado en un mero respaldo del nuevo sistema, no en el pilar de este.

Como veremos, lo anterior es perfectamente posible de alcanzar incluso antes del 2050. Pero con el actual ritmo de penetración y de proyección de las ERNC en la matriz energetica, a saber, 0 MW en 2004; 8,3% de la matriz en 2014; 20% para el año 2025 y 30% hacia 2030, la meta de una matriz ciento por ciento renovable se podria alcanzarse en 2070. Un escenario falaz, pues no se condice con el nivel de inversiones en energías limpias que ya estamos observando en el sistema eléctrico nacional.

Durante la administración anterior, la Comisión Asesora para el Desarrollo Eléctrico (CADE) del Ministerio de Energía, proyectó la entrada de las ERNC en el sistema eléctrico chileno. Comparando esta información con el informe de Estatus General de proyectos ERNC en operación de mayo del 2014 del CER (Centro de Energías Renovables), constatamos que el pronóstico del CADE estuvo completamente errado, inclusive el caso optimista. En efecto, la realidad muestra que hay más de 150 MW solares en operación en donde el CADE pronosticaba cero para el 2020.

Y esta cifra se duplicará en 2017, pues Abengoa ha anunciado que aumentará al doble la inversión y la capacidad de producción en la primera central termosolar que construirá en Latinoamérica, en el desierto chileno de Atacama. Así, la inversión inicial era de 1.000 millones de dólares, pero finalmente destinará cerca de 2.000 millones de dólares en la central que estará ubicada en el cerro Dominador, en la región de Antofagasta y cuya potencia final instalada será de 220 megavatios.

Todo esto sin considerar otros proyectos con tecnologías limpias que entrarán en operación en los próximos años, basados en energía eólica, mini hidráulica, geotermia y biomasa.

Por lo tanto, si la sociedad chilena ya ha deslegitimado la energía nuclear y ha rechazado los megaproyectos energéticos, y la autoridad ha declarado su voluntad política de ir avanzando hacia una matriz energética limpia, donde el gas va a ocupar un lugar relevante, nos encontramos en el momento preciso para comenzar a desplazar las fuentes sucias como el petróleo y el carbón, y reemplazarlas por el gas, pues esta es la fuente que facilitará la transición hacia una matriz ciento por ciento con energias renovables.

Las inversiones en ERNC van a ir aumentando en Chile a un ritmo claramente mayor al pronosticado hasta ahora, por lo tanto, es perfectamente posible pensar en un Chile con independencia energética y ciento por ciento renovable antes del 2050. Este el rumbo que hay que seguir

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