Con sorpresa y mucho agrado he recibido la invitación que me hizo Mijaíl Gorbachov para integrar el grupo que elaborará y negociará el Protocolo Mundial del Agua.
Después del Protocolo de Kyoto de cambio climático, es inminente realizar una iniciativa en torno al agua puesto que gran parte de los conflictos y convulsiones sociales en el mundo se van a producir a partir de la escasez de este vital elemento para todos los seres humanos.
Por lo tanto, que se haya constituido una comisión de alto nivel donde participa la sociedad civil, los parlamentos y las naciones unidas para trabajar en la construcción de este Protocolo Mundial del Agua, para en una segunda ocasión ser sometido a las distintas instancias, revela que es actualmente uno de los mayores desafíos en cuanto a temáticas medioambientales para el mundo.
El cambio climático, la crisis energética y el agua son la trilogía de los principales problemas que van a definir el futuro de la humanidad, por lo que es para mi un inmenso honor poder participar en este grupo tan selecto y una enorme responsabilidad.
Para que alguna vez este protocolo del agua sea adoptado por el conjunto de las naciones unidas, tomará unos diez o quince años de trabajo y de concertación, lo que no es menor cuando personalmente pensaba que tras las negociaciones a partir del cambio climático, podría preocuparme más de los problemas de mi casa más pequeña, de este país, de esta región.
Ser participe de esta convención, que yo creo va a ser más importante que Kyoto, no deja de tener un alto grado de responsabilidad, al proponerme invertir toda la experiencia acumulada durante todos estos años de negociaciones internacionales, volcándola en un esfuerzo tan importante como la creación del Protocolo Mundial del Agua.
La primera reunión denominada “Hacer la Paz con el Agua” se llevará a cabo en el Parlamento Europeo los días 12 y 13 de febrero de 2009, donde se dará el vamos a la elaboración del Protocolo Mundial del Agua, donde esperamos reunir a las 600 personas mas importantes e influyentes en el tema del agua.
Las expectativas del Protocolo Mundial del Agua son crear un sistema justo de su uso, protección y cuidado, para todos los seres humanos y las otras especies.
Es necesario recordar que el agua dulce o potable representa menos del 2% de toda el agua que hay en el planeta y que por efecto de la contaminación y el cambio climático este 2% se va disminuyendo en forma muy seria, lo que significa que muchos seres humanos se van a quedar sin acceso al agua y si no se abre este protocolo, es probable que las guerras y convulsiones sociales en los próximos veinte o treinta años, van a tener su origen en la disputa de este preciado bien.