La bicicleta eléctrica pública: un factor de equidad social y generacional

de dzamorano
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bicicletasUn sistema de bicicletas públicas debería contemplar que una parte de ellas fuesen eléctricas y que estuviesen reservadas para personas de la tercera edad, embarazadas o con capacidades diferentes.


Columna de Manuel Baquedano en El Dínamo. También puede leerla desde aquí

Se asocia el uso de la bicicleta a los sectores más jóvenes de la población y probablemente tengan razón cuando se trata de practicar deportes y paseos. Sin embargo, su uso se está extendiendo a toda la población bajo el concepto de movilidad sustentable siendo usada como un transporte alternativo al auto o al bus para ir al trabajo o para realizar compras y tramites. Cuando se mira desde esta perspectiva, utilizarla para ir al trabajo o hacer trámites, la bicicleta eléctrica debería estar ya incorporada al sistema de bicicletas públicas que se está creando en las distintas comunas.

Holanda debe ser el país en que más se utiliza la bicicleta para trasladarse de un lugar a otro y tiene una larga tradición en su uso, pero cuando se adoptó la bicicleta con motor eléctrico es cuando realmente se popularizó entre los habitantes de todas edades y condiciones sociales. En Copenhague capital de Dinamarca a finales de este año, el 50% de los viajes que se realizarán en la ciudad serán en bicicleta.

Incorporar la bicicleta eléctrica pública es añadir un factor de equidad para las poblaciones de más edad. Chile vive un rápido envejecimiento de su población, los mayores de 60 años eran un millón y medio el 2000 y serán 3 millones y medio el 2025. Un 9% del total de la población chilena tiene ahora más de 60 años, pero no debemos olvidar que la mayoría de la tercera edad es pensionada y hay más de un millón de personas que viven con un ingreso de menos de 144.224 pesos. Por lo tanto, es difícil para ellos gastar una parte importante de sus escasos ingresos en trasladarse, siendo que en muchas oportunidades la totalidad de su viaje o importantes partes del tramo lo podrían hacer por medio de una bicicleta (eléctrica).

Un sistema de bicicletas públicas debería contemplar que una parte de ellas fuesen eléctricas y que estuviesen reservadas para personas de la tercera edad, embarazadas o con capacidades diferentes.

Mi experiencia personal es que el haberme dotado de una bici con batería eléctrica me ha permitido integrarme y no sentirme excluido de ese maravilloso movimiento de ciclistas. Si bien su costo inicial es elevado, su rendimiento es muy ventajoso. La batería entrega una autonomía de 40 kilómetros a una velocidad promedio de 30 Km por hora recargándose en 8hrs. una vez a la semana o 10 días con un costo actual de 720 pesos por carga, hay que recordar que no siempre se utiliza el motor en los trayectos, sino más bien una combinación de fuerza muscular para el pedaleo y el motor en forma intermitente.

Con una pequeña fracción del enorme subsidio que entregamos al Transantiago se podría construir una eficiente y equitativa red pública de bicicletas que tenga incorporados los conceptos de la movilidad sustentable y aspirar a que en el futuro la mayoría de los viajes dentro de la ciudad se hagan con estos vehículos ya sea eléctricos o no

Sin lugar a dudas, ésta será la fórmula predominante el transporte de las ciudades del futuro en todo el mundo.

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