Artículos de Mayo 2005

de dzamorano
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PARTIDO VERDE LLEGA A BARILOCHE

El 05 de mayo llegé hasta Bariloche, allí me encontre con amigos entrañables, todos juntos para participar en el lanzamiento del “Partido Verde”, una instancia que fortalece la ecología política en el país transandino, sentando un presedente de compromiso con nuestro medio ambiente y la participación cuidadana.

Con la clara convicción que sitúa a la información y la participación ciudadana como eje central a la hora de analizar las decisiones que afectan la vida de la gente y su entorno, y así alcanzar los cambios que la sociedad necesita, desde el 06 de mayo, Bariloche cuenta con un Partido Verde, ésta nueva instancia emerge desde la ecología política y busca llevar una lucha defensora de los recursos naturales y el desarrollo sustentable.

En mi calidad de representante de la Federación Verde de las Américas, no puedo dejar de expresar mi gran satisfacción por la creación del “Partido Verde” en la cuidad transandina de Bariloche, institución que se suma a la red de partidos Verdes de América.Firme en mi convicción que para el movimiento ecologista y los partidos verdes de América es muy importante el proceso de movilización social y política que está sucediendo en la Argentina, con una espontánea defensa de los bienes naturales y los valores del desarrollo sustentable.

El “partido verde” apunta a crear un Bariloche democrático, participativo, responsable y justo. Promoverá en todo el país, los movimientos sociales en defensa de los recursos naturales, las propuestas de avanzar en plataformas de desarrollo sustentable y de intervención política institucional a través de movimientos cuidadanos.

La “ecología política” a través del ” partido verde “dió un gran paso en Bariloche y yo fuí un fiel testigo de tan importante ocasión.

Tragedia de Antuco: “Lo que la Seguridad Ecológica Pudo Evitar”

Día a día nuestro entorno es menos estable, la seguridad ecológica es parte de la seguridad de un país, y esto tiene que verse reflejado en nuevas políticas públicas, campañas y metodologías de instrucción, llegó el momento en que todos debemos pensar que el centro de gravedad de las políticas militares, debe pasar desde una mera concepción de defensa militar a una concepción integral de seguridad.

Profundo dolor nos ha generado la tragedia donde jóvenes conscriptos chilenos fallecieron en la zona del volcán Antuco, cercana a las aguas color turquesa de la Laguna del Laja, mientras realizaban maniobras de instrucción. Inesperadamente éstos militares fueron sorprendidos por una tormenta de viento y nieve, dificultándoles las posibilidades de encontrar la ruta y alcanzar algún refugio. La zona de la catástrofe, con poca altura, extensas planicies, caracterizada por una escasa vegetación y suelo de piedra volcánica, con bajísimas temperaturas en ésta época del año y la precaria instrucción para hacer frente a una amenaza no militar, sino proveniente de la naturaleza, fueron un verdadero caldo de cultivo para que se desatara la tragedia.

La mayoría de los protagonistas de éste trágico episodio, eran jóvenes conscriptos inexpertos, la investigación posterior nos dirá si iban con el material adecuado y si las ordenes fueron bien dadas por los superiores a cargo para salvaguardar sus vidas.

Los hechos ocurridos, hacen surgir en mi cabeza dos reflexiones importantes, en primer lugar, el tipo de amenazas al que hoy en día estamos expuestos. La cantidad de víctimas en este trágico episodio, es superior a las bajas que el ejército ha tenido en combate. Hace mucho tiempo que el ejército no tenía bajas tan importantes en sus filas. Esta vez la amenaza vino desde la naturaleza, un fenómeno climático con una fuerza infrecuente, difícil de prever, pero que en realidad nos están alertando sobre los abruptos cambios que está sufriendo nuestro clima a causa del calentamiento global. Chile como el resto de los países del mundo frecuentemente van a verse enfrentados a amenazas, que no son precisamente militares, sino más bien vinculadas a la naturaleza. Lamentablemente en Chile, la defensa ha sido desde siempre sólo asociada exclusivamente a amenazas militares y por lo tanto el “sumani blanco” vivido por los conscriptos y sus superiores en el sector de la laguna del Laja, los toma de improvisto acercándolos amuerte. Más que una negligencia por parte del ejército, más bien hablaríamos de ignorancia de cómo enfrentar las nuevas amenazas.

Ya es hora que, tanto las autoridades de gobierno, como del ejército y la comunidad entera, comprendan que fenómenos climáticos como el desatado en Antuco, van a seguir ocurriendo, aumentando su frecuencia e intensidad, a medida que los cambios climáticos se asentuen. Por lo tanto, urge iniciar un proceso de adaptación para éste tipo de amenaza, cosa que hasta ahora no ha ocurrido en Chile.

A raíz de los hechos, podemos deducir que éstos jóvenes militares no estaban preparados, instruidos insuficientemente, tampoco contaban con las herramientas técnicas, ni la indumentaria suficiente para enfrentar un episodio climático inesperado. Por ello, los ejércitos requerirán de una adaptación donde se incluya la amenaza ambiental y se entregue desde ella, seguridad.

Las fuerzas militares, deben prepararse para enfrentar catástrofes como ésta y como lo ocurrido en el incendio en las Torres del Paine, aluviones en el norte, sequías y tantos otros fenómenos naturales que vendran.

Día a día nuestro entorno es menos estable, la seguridad ecológica es parte de la seguridad de un país, y esto tiene que verse reflejado en nuevas políticas públicas, campañas y metodologías de instrucción, llegó el momento en que todos debemos pensar que el centro de gravedad de las políticas militares, debe pasar desde una concepción de defensa a una concepción de seguridad integral. Las autoridades de nuestro país tienen la obligación de fortalecer la seguridad, terminando con el verdadero monopolio que tiene los grupos de defensa con instrucciones obsoletas, que no sirven a la hora de hacer frente a nuevas y más agresivas amenazas que no provienen de lo militar sino más bien desde la naturaleza y nuestro entorno.

Mi segunda reflexión, si bien es una reflexión más general, tiene que ver con la obligatoriedad del servicio militar para los jóvenes chilenos, no puedo dejar de preguntarme hasta cuando éste servicio a la patria va seguir siendo obligatorio, impuesto a jóvenes que muchas veces tienen sus vocaciones alejadas del militarismo.

Los ejércitos ante las nuevas amenazas requieren de especialización, que no pueden entregar a nuestros jóvenes conscriptos en un mes o tres de instrucción, el servicio militar obligatorio que se da aún en nuestro tiempo, esta absolutamente obsoleto. Si bien, hoy día está en el congreso una iniciativa de ley, que desestima la obligatoriedad proponiendo el voluntarismo, ésta aún no logra un consenso.

Claramente, algo debe cambiar, evitemos tragedias como la ocurrida en las cercanías del volcán Antuco, ya es hora de integrar a nuestra seguridad, el concepto de amenaza ambiental, instruyendo y entregando las herramientas necesarias para enfrentar los cambios climáticos que vienen desde la naturaleza.

El campo de la seguridad ecológica debe ser un imperativo para la adaptación, las especies y las instituciones que no se adapten sufrirán grandes pérdidas o simplemente desaparecerán.

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