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Nuestro país, debe contemplar dentro de sus prioridades el ¿Cómo? aumentar la eficiencia energética y dar curso y agilidad a la utilización de fuentes de energía renovables, estos criterios son cruciales para reducir la dependencia energética a corto, mediano y largo plazo.
Esto implica cambios fundamentales en la manera en que Chile, maneja la política energética, ojala la idiosincracia tan burocrática que tanto nos caracteriza cambiara paulatina o abruptamente para beneficio de sus ciudadanos, tendencias como esta a lo único que lleva es a la ineficacia y el atraso, a estar cada vez más lejos del desarrollo y el bienestar, dar cabida a la corrupción, cuando lo que tenemos por delante, es la necesidad imperiosa de desarrollar programas que perduren y tengan resultados en el tiempo, con la participación de profesionales y técnicos eficaces, ágiles y ejecutores de acciones, la prioridad es enfocarse en aprovechar mejor nuestros recursos energéticos actuales y hacer una transición en nuestra dependencia de combustibles que tan costoso le cuesta al país, transportar de los desiertos del medio oriente o de Venezuela a los agricultores chilenos, se requiere de inversión para generar una electricidad limpia y generada en forma local con nuestra propia gente, creando nuevas fuentes laborales y dando paso al empleo verde.
De Sudamérica, Chile, sin duda es uno de los mayores importadores de energía, es dependiente del petróleo, gas y carbón para satisfacer el 70 por ciento de su consumo y poder cubrir las necesidades de la sociedad y del área industrial que mueve económicamente las divisas del país.
La promoción de buscar soluciones a los problemas de energía, no ha recibido el auge necesario, el país entero sabe que se atraviesa por un déficit energético y que es necesario más participación de expertos y de la sociedad misma, pero el término energía, se limita a asociarlo con los problemas típicos de esta época del año, “Gas” y los provables recortes del suministro que podríamos tener de parte de la Argentina, sin pensar más allá, que debemos pensar en lo que significa e implica la problemática energética y en las soluciones de la misma. Lamentablemente, vivimos en un país, donde los temas relevantes y urgentes de un país, pasan por mucho escritorio y lobby, unos pocos deciden por un problema que les afecta a todos, porque no se difunde la situación real de Chile en esta materia.
Para llegar a hablar de solución energética, el ecologista y sociólogo Manuel Baquedano, señala que lo primero que debemos entender para encontrar la solución a la problemática es entender algunas diferencias:
¿Cuál, es la diferencia entre Independencia Energética y Autonomía Energética?
“esta diferencia significa que el país diversifica sus fuentes de previsión de recursos, de tal manera que no depende de uno solo, hay una diversificación de la matriz, pero, lo utiliza no centrando sus esfuerzos en producir en forma local, con sus propios recursos, sino en traerlos de diferentes lugares, entonces un país podría ser autónomo energético pero, trayendo el gas de Tailandia o trayendo el petróleo de Venezuela o Egipto o el carbón de Australia, eso sería autonomía energética, este modelo de autonomía energética, los ecologistas lo rechazan, promovemos en paralelo un modelo, que le entregue al país independencia a la energía”
¿Qué quiere decir eso?
terminar con la dependencia del petróleo sustituyéndolo por las energías fósiles y renovables”.
¿Qué pasa con la Independencia Energética?
“Los supuestos de la independencia energética los clasificaría en tres: La promoción de las energías renovables para colocarlas en el centro de las políticas energéticas, un desarrollo en eficiencia energética y un desarrollo de una política de ahorro de energía. De tal manera que el país utilice en forma óptima los recursos, ya que Chile, tiene condiciones de sobras para producir energía, con tan sólo las obras que tiene en su geografía, es más, según el estudio que tengo yo, “No es Necesario Aysén” ”
Buscar solución a la dependencia y lograr una independencia en materia energética, es un problema mundial, que si no nos preocupamos hoy y ahora del tema, no lograremos gestionar la demanda e introducir técnicas menos intensivas en carbono, como las energías renovables, y lo que deberemos pagar a cambio es el enfrentamiento de que los combustibles fósiles (petróleo, carbón..) seguirán siendo la base del suministro energético durante años y su demanda crecerá y los costos que implicará serán un descalabro.
Debemos preparar metódicamente un Plan a corto mediano y largo plazo que contemple otras energías sustitutivas (renovables); de lo contrario si seguimos el escaso camino de la economía fósil, deberemos luchar con algo mucho más complejo aún “el cambio climático”, lo cual será inevitable y equívoco, porque la solución está en línea paralela desarrollando energías sustitutas.
Finalmente, debemos concluir que todas estas preocupaciones energéticas y medioambientales, que afectan a la sociedad y a la economía de Chile, deberían ser consideradas cuando se tomen decisiones acerca de los modelos energéticos futuros.
Mayo 2009
