La civilización humana se enfrenta hoy a una crisis global y compleja que tiene al mundo de alguna manera desorientado y alerta, el tema es más profundo de lo que parece, si lo analizáramos con más profundidad, sabríamos que estamos frente a una crisis ecológica y humanitaria en primer lugar y que éste fenómeno ha llevado a los hombres y los sistemas creados por la inteligencia humana a colapsar en otros ámbitos de la vida moderna. Sin duda que los cambios han desajustado el acostumbrado modelo de vida de confort y tecnología de la gran mayoría de las personas del mundo, hoy debemos aprender a vivir con reducciones y en algunos casos con carencias, difícil situación para muchos, “hay que reaccionar” necesitamos salvar la tierra y la especie humana y para ello, es necesario y urgente tener ciudadanos comprometidos con su realidad y la de los demás, aceptando y respetando su entorno, participando de un nuevo modelo de vida, donde “la opinión, el conocimiento y la equidad” deben tener su espacio, porque sin duda formarán parte del nuevo tiempo que se aproxima.
Un rol fundamental tiene el individuo en esta nueva etapa, donde lo más probable es que surja un nuevo orden, debido a las crisis y los cambios inevitables que se suscitarán, la codicia del hombre, el individualismo, la indiferencia y la falta de compromiso con las multitudes, se revertirá, ya que con estas tendencias, lo único que se ha logrado es estancar e impedir que rectifiquemos la evolución mental, física, social y emocional del ser humano, deteriorando todas las fuentes energéticas, recursos naturales que la tierra nos ha proporcionado incondicionalmente; hoy frente a una realidad muy diferente estamos buscando los canales para llegar a convertirnos en un “Ciudadano Ambiental”, nacionalista, preocupado, consciente y comprometido con la protección de todo lo que tiene en su entorno local, regional, nacional e internacional, sin dañar el planeta.
Tal vez sirva esta frase “después del Caos llegará la Calma”, pero mientras tanto, hay que saber ordenarse esa es la orientación en esta nueva época, la cual llevará a corto plazo a los ciudadanos a cambiar urgentemente sus estilos de vida y principalmente a cambiar su pensamiento, es la única salida para mejorar la calidad de vida individual y colectiva; deteniendo el daño que se le ha hecho a la naturaleza, sin recursos no podemos existir ni sobrevivir, lo que está en juego aquí no es solo la natura sino también nuestra propia existencia, “la vida misma, la ciudad y su gente” esto es suficiente como para motivarnos a defenderla, somos los únicos que podemos hacerlo y con ello comprometernos a participar en los cambios presentes y futuros, influenciando las tomas de decisiones, con el fin de frenar el deterioro que está experimentando ingratamente la naturaleza, que tan sólo nos ha dado vida y recursos para subsistir en ella.
El momento es el presente, para iniciativas, que impliquen acciones que perduren en el tiempo, y que las mismas sean reguladas para su cumplimiento, debemos ser ciudadanos ambientales, eso significa preocuparse y pronunciarse referente a los temas que son de nuestro interés como: la difusión de cómo reducir las emisiones de CO2, como ahorrar energía, como cuidar, ahorrar y tener acceso al agua, como cuidar nuestros alimentos, nuestros espacios, los recursos que poseen nuestros territorios… , de todo lo que implica el “calentamiento global” y “cambio climático”, nuestra contribución es ser partícipes de los cambios futuros que mejoren nuestro hábitat, la oportunidad de experimentar libremente un cambio profundo en los hábitos y en el pensamiento, de una u otra forma, los ciudadanos vivirán una transformación, que los hará mejores personas; no se puede seguir obviando lo que ocurre alrededor nuestro, indolentes, somos ingratos en nuestra condición humana. Estamos inmersos en problemas que son de difícil solución y la comodidad es sinónimo de flojera al sentarnos a esperar como lideres resuelven el problema de todos, nuestra parte en esta historia, la escribe cada uno, logremos ser ciudadanos ambientales, nuestra realidad lo exige.
Muchos dirán para que opinar y accionar en temas ambientales, si yo no cambiaré nada de lo establecido, con esa mentalidad claramente la tarea está perdida, pero si pensamos en nuestro futuro y el de nuestra gente, veremos que tenemos una responsabilidad y que hay que asumirla, el esfuerzo es necesario, Chile al igual que el resto de los países está sufriendo las consecuencias de una crisis financiera, ecológica y ambiental, que nos guste o no produce cambios contraproducentes en las personas y en los pueblos, manejar estas situaciones será un tema de mucho trabajo.
Debemos pronunciarnos en cuanto al Cambio Climático, Efecto Invernadero, Calentamiento Global, Suelos, Deforestación y Sequía, Distribución del Agua, ecosistema, energías, recursos (alimentos), Cuencas…
Chile, requiere de nuestra participación porque tenemos todo un temario de problemas olvidados y nos resueltos en tema ambiental y ecológico, los cuales están ligados a la política y a la economía de los mercados obviamente por eso lo hacen temas complicados de tratar y que afectan mayormente a sus habitantes. Tal vez para muchos es más fácil, no pensar, no actuar, por una cuestión de costumbre y de comodidad… la actualidad exige ir a la par de los tiempos, interiorizándonos de lo que pasa y por qué pasa, esta inercia que tenemos de no ser comprometidos es una característica no podemos seguir existiendo, respirando y moviéndonos por nuestra ciudad, desvinculando lo ambiental de lo urbano, ya que los dos aspectos van de la mano.