Las comunidades indígenas atacameñas que rodean a la ciudad de San Pedro tienen extensos terrenos sin utilizar y donde perfectamente se podría establecer, en forma descentralizadas, huertos energéticos comunitarios y micro plantas generadoras de electricidad a base de energía solar.
Si existe un lugar de Chile donde el consumo energético de su población podría proveer íntegramente del sol es San Pedro de Atacama, sin embargo, actualmente su energía es abastecida por un sistema eléctrico alimentado 100 % por el petróleo diésel y el gas.
La localidad de San Pedro vive ahora un debate sobre su futuro energético ya que su sistema eléctrico es aislado, no conectado con los sistemas eléctricos mayores que existen en el Norte del país. Ésta es gestionada por una cooperativa cuyos dueños son del pueblo indígena atacameño que habitan esas tierras desde hace 11000 años .
Sin embargo, esta propiedad comunitaria no se ha traducido aun en beneficios para sus socios que pagan, diferenciadamente es cierto, las tarifas eléctricas están entre la más altas del país, y en cuya configuración la incidencia de los precios del petróleo y el gas han sido determinante.
La solución propuesta por los autoridades municipales y del Gobierno pasa por hacer un tendido eléctrico proveniente de la vecina Calama, que conecte la localidad al sistema interconectado del norte. Esta fórmula es resistida por las poblaciones indígenas atacameñas , que ven en estos tendidos que deben pasar por sus comunidades una fuente de destrucción y desvalorización del paisaje que constituye la fuente principal de ingresos derivado del turismo.
¿Por qué no explotar entonces la principal riqueza que tiene esa localidad que no es ni más ni menos la radiación solar, una de las mayores del mundo ?
Las comunidades indígenas atacameñas que rodean a la ciudad de San Pedro tienen extensos terrenos sin utilizar y donde perfectamente se podría establecer, en forma descentralizadas, huertos energéticos comunitarios, micro plantas generadoras de electricidad a base de energía solar y cuyo excedente podrían ser vendidos y distribuidos por medio de su Cooperativa eléctrica a la ciudad, la cual permitiría al vez ir sustituyendo el combustible fósil, sucio, contaminante y caro utilizado actualmente por uno limpio, barato y proviniendo de una fuente inagotable como es el sol.
En buena hora el norte chileno vive una explosión de proyecto energéticos solares y eólicos, sin embargo, todos tienen una característica común, sirven para alimentar a la minería habida de energía. Ninguno de ellos ha sido creado para satisfacer las necesidades energéticas de la población. Se está corriendo el grave riesgo que la energía renovable solar y eólica sea capturada por grandes consorcios energéticos, marginando a la población de participar en su generación y uso de esta nueva fuente de energía que está al alcance de todos.
Urge, entonces, impulsar proyectos ciudadanos de energía renovables con capacidad de distribuir no solo la energía por ellos producida, sino también la renta que ella producen en beneficio de las comunidades locales .
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