En momentos en los que el coronavirus golpea con mayor intensidad a nuestro país, no tenemos ninguna certeza sobre cuál será el desenlace de esta situación que está llamada a cambiar profundamente nuestras vidas.
Como lo reconoció el propio ministro de Salud, Jaime Mañalich, en una entrevista reciente con Cristián Warnken, “Esta pandemia es la manifestación del cambio climático”. La naturaleza está buscando un nuevo equilibrio y es el momento de asumir que ya no volveremos a vivir como lo hacíamos antes. Hay un consenso que comenzamos a tomar como especie humana y es que no debemos olvidar que formamos parte del mundo animal y natural. Estamos viviendo, entonces, un cambio de época.
Es en este contexto que debemos analizar cómo la pandemia afecta a la comuna de Pucón, a sus cerca de 28 mil habitantes y a su economía que, en gran medida, depende de la industria del turismo. Esta actividad podrá recuperarse una vez que se haya obtenido una vacuna segura y eficaz, lo que bien podría suceder en dos años, según los científicos y la Organización Mundial de la Salud.
Entonces, después de superar el peak de la pandemia, es muy probable que la presencia del virus se convierta en un fenómeno crónico que desaparecerá por un tiempo pero que retornará bajo la forma de brotes que habrá que aprender a gestionar.
En Pucón tendremos que reinventarnos sin olvidar que, en el largo plazo, la protección de la naturaleza es la mejor vacuna que podemos tener. Por ser una zona dotada de una maravillosa naturaleza, con bosque nativo, lagos y volcanes, será la propia naturaleza la que nos constituya como una zona de refugio natural para nuestro país y también para el mundo.
Muchos destinos hoy considerados de segunda residencia se transformarán en primera residencia y esto es lo que podrá suceder en nuestra comuna como zona de refugio natural.
Habrá gente que saldrá de las grandes ciudades, tanto jóvenes en busca de una mejor calidad de vida como adultos que querrán vivir en un lugar tranquilo y seguro. Para satisfacer esta tendencia, Pucón deberá desarrollarse teniendo como un pilar muy importante la economía del cuidado. La misma deberá abarcar tanto la perspectiva humana como la perspectiva de la naturaleza. En este aspecto, Pucón debería poder ser declarado una reserva de vida.
Es tiempo de abrirse a nuevas perspectivas y encontrar puntos de acuerdo para construir un futuro común y sustentable para todos. Nadie tiene certezas sobre lo que nos deparará el futuro. Lo mejor será poder construirlo como producto del diálogo en comunidad.