Los camioneros serán una fuerza opositora capaz no sólo de obstaculizar la transición energética local sino de poner en peligro el éxito de la nueva Constitución.
Chile
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La única alternativa que tenemos para sobrevivir como especie es tratar de vivir nuevamente dentro de los límites de la naturaleza y la única forma de hacerlo es eliminando lo superfluo.
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En octubre de 2019 con el estallido social, en Chile se inició un nuevo período de crisis política, social y ecológica. Desde ese entonces podríamos pensar que estamos viviendo un verdadero tsunami.
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No podremos mantener un ciclo elevado de seguridad alimentaria si no intensificamos la producción nacional y creamos, al mismo tiempo, una reserva estratégica de alimentos.
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El principal desafío hoy es preservar nuestro régimen democrático para enfrentar la crisis civilizatoria global que se nos viene encima.
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Cambio climáticoChileEcología Política
Crisis climática y movimientos sociales: la lucha por la supervivencia
En tiempos de crisis climática y ecológica ya no basta con reivindicar demandas tradicionales. Hoy los movimientos sociales también tienen que hacerse cargo de sus demandas sectoriales y de otras demandas de tipo cultural y/o existencial como podría ser, por ejemplo, cómo enfrentar el colapso, la degradación ecológica y la posible extinción de la especie humana.
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Frente a la crisis climática, la naturaleza ha movido sus fichas y nos ha hecho un jaque. Un jugador avezado en ajedrez se dará cuenta de la situación y nos dirá que se trata de un jaque mate. Sin embargo, muchos ciudadanos no terminan de comprender qué ocurre. ¿Cuánto nos demoraremos en reaccionar?
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La situación que estamos viviendo es inédita. Sin lugar a dudas, en Chile (y en todo el mundo) el verdadero cambio vendrá desde abajo.
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En todo el mundo la pandemia ha traído profundas modificaciones al mercado laboral. Hoy resulta ilusorio pensar que en el futuro la economía necesitará la misma cantidad de “fuerza de trabajo” que requería antes. Estamos entonces ante una transformación estructural de nuestra sociedad.
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Mientras el PIB domine la discusión climática, no habrá lugar para otras narrativas. Entonces, si queremos salvarnos como humanidad, debemos desobedecer su lógica.